jueves, 3 de diciembre de 2009

Duro lunes, muy duro

Me he levantado a las 9,17 minutos.

A las 6 sonó un aparato que muestra números cambiantes (¿para qué?) que tengo en la mesilla. Le lancé un manotazo certero sobre la parte superior e inmediatamente se calló.

A las cinco minutos (exactos, de reloj) el puñetero aparato (por cierto ya tenía otros números) volvió con su asqueroso ruido infernal. Cambié la técnica. Visto que los porrazos verticales solo lo atontaban por un rato decidí meterle un meneo lateral.

Ha sido algo mágico, no solo se ha callado, además se le han apagado unos puntitos que muestra debajo de los números cambiantes y no ha vuelto a decir ni mú.

Eso de los puntitos que os cuento tengo que investigarlo. Dependiendo de cómo se muestren, a veces, en lugar del ruido asqueroso suena la voz de un señor o de una señora o una canción, normalmente ni si siquiera presentan la canción, es más, casi siempre está ya empezada o incluso a punto de acabar.

En fin, no os fieis nunca de aparatos tan inconstantes, tecnología voluble e inestable.

Cuando me lo pusieron en la mesilla pensé al ver los números “joder, le podían haber quitado el precio” y no paso ni un minuto cuando el muy cabrón se encareció de repente en un céntimo.

Si algún día tenéis necesidad de adquirir uno os recomiendo que lo hagáis a las 12 en punto de la noche, no sé porque pero hacen una rebaja radical. Si eres rápido puedes sacarlo por 00:00 €