sábado, 13 de junio de 2009

El bailarín de la corte (parte II)

Después de caminar durante varios días llego a un vecino reino en el que enseguida hizo amigos porque no paraba de hablar con todo el mundo y a todo el mundo le parecía muy simpático verle siempre bailando y contando historias y chistes y muy pronto consiguió audiencia con el Rey para mostrarle sus habilidades como bailarín y que le nombrará bailarín de la corte.
Cuando llego al palacio del rey había una gran fiesta en los jardines y todo el mundo andaba comiendo corderos asados y ensalada y bailando, había músicos y gran alborozo. Justo cuando iba a pasar al jardín un mayordomo golpeo con un bastón el suelo tres veces (TAC, TAC, TAC) y anuncio a voz en grito “Ramiro Fatigas, aspirante a bailarín de la corte”.
Entonces todo el mundo dejo de bailar y de comer y le miraron fijamente y el pobre Ramiro Fatigas fue la primera vez en su vida que le dieron ganas de estar callado y se puso más colorado que un bote de tomate frito. Pero el rey, que era un tío guay, se dio cuenta de que Ramiro Fatigas estaba pasando mucha vergüenza y en seguida le grito desde su trono, “Pasa hombre, no tengas vergüenza, ven a demostrarnos tu valía como bailarín y si me convences te nombraré bailarín “number one” de la corte.
Ramiro Fatigas avanzo hasta el centro del patio y comenzó a decir: - Me llamo Ramiro, aunque todos me llaman Ramiro Fatigas porque dicen que hablo mucho y resulto un poco cansino, yo nací en un reino vecino pero… bla, bla,bla, - y sin dejar de hablar comenzó a bailar un charlestón.
En seguida se le salió una chancleta, perdió el equilibrio, empujó sin querer a un camarero que derramo una Fanta de naranja en el traje nuevo de una condesa que estaba por allí, y acabaron los tres por los suelos.
El rey no paraba de reír ante semejante alarde de torpeza y mal bailar del pobre Ramiro Fatigas y cuando consiguió parar le dijo: - Ramiro Fatigas, eres muy gracioso y pareces buen muchacho pero en mi reino jamás bailaras porque eres más inútil que una chancleta sin suela.
Ramiro Fatigas salió desconsolado del palacio del rey, pensando que tendría que buscar un nuevo reino y practicar mucho antes de conseguir su sueño: ser el bailarín de la corte.
Iba Ramiro Fatigas hablando solo sobre estos y otros asuntos por un camino que atravesaba un bosque en dirección al siguiente reino cuando oyó una dulce voz que desde de tras de un árbol le llamaba: Ramiro Fatigaaaassss, Ramiro Fatigaasss. Se asusto un poco porqué no se lo esperaba y al darse la vuelta vio a una viejecilla un poco sospechosa, a saber:
Tenía la nariz grande y aguileña adornada con una enorme verruga de la que crecían tres pelos. Iba toda de negro y llevaba un gorro de pico y zapatos con hebillas, una escoba en una mano y en la otra un gato negro (¿quién creéis que puede ser niños? )… y por último tenía una tarjeta de identificación colgando de la solapa que decía “ChismorreaSuperChismosa, su bruja piruja de confianza.”
A Ramiro Fatigas ya le habían advertido que no debía hablar ni aceptar caramelos de desconocidos, pero nadie le dijo nunca que las brujas no son de confianza, así que le pregunto: ¿Me dice a mí? Porque yo me llamo Ramiro Fatigas y me ha parecido oírle decir mi nombre y yo he pensado… bla, bla, bla… como siempre Ramiro Fatigas no dejaba de hablar. Entonces la bruja hico un gesto con la escoba mientras gritaba ¡Calla leñe! y Ramiro Fatigas se quedo completamente mudo sin poder mover la boca. La bruja comenzó diciendo: - Como ya habrás podido ver en mi tarjeta de identificación me llamo ChismorreaSuperChismosa y aunque parezco una bruja mala en realidad soy muy buena - dijo con voz melosa y luego se rió con una carcajada espantosa –JE JE JE, como te he estado observando me he dado cuenta de que tu lo que necesitas es aprender a bailar así que he pensado que si tú me das algo a cambio yo podría hacerte un encantamiento para que fueras el mejor bailarín de cualquier reino –
YOUTUBE

No hay comentarios:

Publicar un comentario